El proyecto ‘Musicability’, financiado por la Unión Europea y dedicado a recuperar instrumentos de música que apenas se emplean en la actualidad, ha permitido a seis miembros de la colla de dolçaina y tabalet de Bétera exhibir por Europa la dolçaina baixa.
El lugar fue Plovdiv, ciudad de Bulgaria que acogió el certamen en el que participaron representantes búlgaros, italianos y eslovenos, además de los españoles. Según manifestó al respecto la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Bétera, María Rosario Martínez, el objetivo del consistorio al apoyar esta iniciativa “no es otro que fomentar la cultura de la localidad y contribuir al crecimiento de las collas de dolçaina i tabalet, muchas de las cuales ya se han interesado en este nuevo instrumento”.
Este instrumento se basa en las antiguas xirimitas de los siglos XIII y XIV que sonaban en la Corte de Jaume I y que constituyen el antepasado de las dolçaines, clarinetes, oboes, cornos y fagots. Su creación fue idea de Ramon Asensi, profesor de la escuela de dolçaina de la localidad, y fue construida por Gaspar Zaragoza. Suena una octava más baja que la dolçaina habitual, y puede tocar hasta 19 notas, 7 más que la anterior, ofreciendo un sonido más grave. Unida a la tarota, las posibilidades sonoras se enriquecen enormemente.
Ramon Asensi ha explicado que la recuperación de este antiguo instrumento y su adaptación a nuestros días “no se ha hecho únicamente para poder participar en este proyecto, si no que Bulgaria solo ha sido el comienzo de una larga historia para esta nueva modalidad de dolçaina”.
Los seis músicos encargados de hacer sonar la dolçaina baixa interpretaron la obra ‘Divertimento’, compuesta especialmente para esta ocasión por Luis Serrano Alarcón, director de la Banda de Música de Bétera. El protagonista de la pieza dolçaina baixa, que además estuvo acompañada por una tarota, un grupo de percusión, y dos dolçainas normales.