Un gato muy felino

Columna de Rafa Guillot, vecino de l'Eliana.

 

Nuestro protagonista de hoy, que ya pasa de los setenta, ha sido, muy probablemente, el deportista más completo y polifacético que ha nacido en este pueblo en toda la Historia.

 

 

Si destacó, sobre manera, en el equipo de fútbol de nuestro pueblo, en una plantilla a caballo entre la década de los años 40 y la de los años 50, no menos deslumbrante su trayectoria en un deporte tan arraigado en esta localidad como la “pilota”. Unas condiciones físicas innatas para la práctica de cualquier actividad fueron complementadas con una inteligencia portentosa y la sapiencia que tienen los elegidos por el destino. Él hubiera destacado siempre en cualquier actividad que se hubiese cruzado en su camino.Un gato muy felino por Rafa Guillot

 

Ramón Chisvert Ballester, nacido en L’Eliana el año 1939, aunque rebautizado para la historia deportiva elianera como “el Gat”, “Gat Primer”, o “Gat I”, debido a que no fue único en la saga familiar. El caso es que su apelativo de “el gat” nunca tuvo connotaciones especiales referentes a sus condiciones personales, según nos relataba el propio deportista. Le venía de familia, “el Gat”, y así quedó para siempre.

 

Su padre fue un buen jugador de “Carrer”. El trío formado por una saga muy ilustre se completa con su hermano Lluìs, el Gat II.

 

Hoy en día muchos de los aficionados que quieran ver a Ramón, al legendario deportista elianero, pueden hacerlo visitando su “guarida”, el espacio donde tantos ratos pasa con buenos amigos, en el bar de L’Horta. En él, como buen “gato” que es, podríamos decir que tiene “marcado” su territorio, su mesa y hasta su silla. “Ésa es la mesa del gat”, nos cuentan  los hermanos, Ernesto, Víctor y María, quienes están al frente de una actividad muy dignamente regentada y que tanto mimo dispensan al emblemático personaje homenajeado en esta crónica. Obviamente, las condiciones físicas de éste han cambiado con el inexorable paso de los años, pero no las mentales. Es lo que le ocurre a las estrellas, dejan de brillar pero continúa llegándonos su luz.

 

Ramón sigue ejerciendo tal magnetismo personal que es inevitable que uno vuelva la mirada hacia su entorno, cuando está presente en el local. Junto a él, su corte de fieles amigos, Santiago, “Xamerri”, Batiste, Boro, Luís Aleixandre, Ernesto…. y alguno más que no quisiéramos olvidar. Juntos forman un entrañable grupo de tertulias como el que, en algún lugar, todos solemos tener.

 

En el bar de L’Horta, “el Gat” sigue haciendo gala de una mezcolanza entre valores tan preciosos como amabilidad eterna, bondad, generosidad o amistad. En definitiva, de la hombría de bien que le acompañará hasta el último día de su vida.

 

En el fútbol siempre se dijo que tenía madera para haber comido de él. Su equipo elianero fue el rojiblanco. Su parcela, el centro del campo. Formó tándem diabólico con otro de los mejores, Vicent Desco “el Moret”, que hoy, varías décadas después, sigue recordando con nostalgia y admiración a su antiguo compañero. “Quin jugador, com jugava el Gat primer! El millor que jo he vist en un camp de futbol!”.

 

Siempre se afirmó que Enrique Vazquez y “el Gat” fueron las figuras cumbres de aquella plantilla estelar. A través de éste y otros múltiples testimonios orales, porque poca prensa deportiva escrita queda de aquellos años, puede concluirse que Ramón fue un auténtico superclase dentro del terreno de juego. Con mucha categoría, técnico, veloz, incisivo, jugador de gran dominio del balón. Nunca jugaba éste a tontas y a locas, siempre con gran tiento, y todos sus compañeros sabían que cuando lo tocaba siempre salía un buen pase posterior, un preciso disparo o una buena jugada.

 

Pero ¡qué bonita la salsa que pone en el deporte el debate! Hay otros muchos de sus coetáneos que siempre han afirmado que donde realmente sobresalió, por encima de los demás, fue en la Pilota. Fueron los años mágicos de la hegemonía de un deporte extraordinariamente arraigado en este pueblo. Para comentar este capítulo recurrimos a otro de los grandes. Acudimos al “Llar del Jubilat” y nos atiende Juan Monserrat, una autoridad en la materia, el gran “Juanín”, padre de Edu (fue éste último un muy buen jugador del equipo futbolero de L’Eliana en la década de los noventa). Juanín también se deshace en elogios hacia su compañero deportivo, con quien grandes jornadas compartió y al que valora, por encima de todo, como un excelente ser humano antes que deportista.

 

El Gat, en el deporte de la pilota, adoptaba como demarcación la de “mitjger” (“medio”). Aquí también mostró siempre sus garras afiladas. Tenía un brazo muy poderoso puesto al servicio de su inteligencia, que fue la verdadera madre del cordero, para poder alcanzar una supremacía que ha perdurado a través de los tiempos y que siempre lo situará en el olimpo de las grandes leyendas deportivas del pueblo de L’Eliana.

 

Y para completar este análisis de una figura cumbre ¡qué mejor que contar con la opinión de todo un Expresidente de la Federación de Pilota Valenciana, Víctor Iñurria, excelente arquitecto, en su vida profesional, y persona muy arraigada en la población.

 

Pasamos directamente el micrófono a Víctor, que en relación a un personaje de la talla tan relevante del Gat I, nos cuenta que Ramón fue un gran jugador profesional de Pilota Valenciana. Destacó de tal manera que fue considerado el mejor “Mitger” de los trinquetes valencianos durante los años 60 y 70 del siglo pasado, con una volea “Furienta” que lo hacía temible para sus contrincantes, considerados siempre como contrarios deportivos y jamás como enemigos.

 

Su palmarés es verdaderamente triunfal. Fue Campeón Nacional de la modalidad de  Escala i Corda, los años 1966, 1973 y 1980, así como Subcampeón los años 1974, 1975 y 1982.

 

En su última etapa profesional, a finales de los años 70, Ramón comenzó a ocupar el puesto de “Punter”, destacando igualmente como lo había hecho de “Mitger”. Posteriormente a su etapa activa, trabajó como “Marxador” en el Trinquete Pelayo.

 

En definitiva, estas valoraciones, provenientes de una persona que ocupó cargo tan importante dentro de este deporte, como ha sido Víctor Iñurria, no hacen sino realzar aún más a un deportista excepcional. ¡Gracias, Víctor!

 

La historia, la verdadera Historia, siempre es justa con todos y jamás podrá olvidar a aquel gato tan certero y astuto. Nunca tan fielmente clavó tanto un calificativo a un deportista. El apelativo lo describía meridianamente, porque Ramón Chisvert no es que fuera un simple “Gat”. Su fabulosa colocación dentro del Trinquete, sus prodigiosos reflejos y sus feroces zarpazos hicieron posible que fuera, para siempre….

 

…. ¡el gato más felino de todos!

 

 

 

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