El ‘Institut d’Estudis Comarcals del Camp de Túria’ recuerda la expulsión de los moriscos del Camp de Túria

Institut d'estudis comarcals del camp de turia

Se cumplen 400 años de la aprobación del edicto mediante el cual Felipe III ordenaba la expulsión de los moriscos. Esta medida, que resultó ser un grave error en todos los términos (y una gran injusticia) sólo sirvió por expulsar un elevado número de habitantes de las tierras que los vieron nacer y prosperar.

En nuestra comarca, el Institut d’Estudis Comarcals del Camp de Túria ha mostrado su interés por recuperar una parte de su historia y por esto ha organizado una serie de actividades para recordar estos hechos y evaluar sus causas y sus consecuencias. La Casa de la Juventud de Benaguasil acogió ayer la presentación de la exposición ‘Cuatrocientos años de ausencia. Los moriscos en el Camp de Túria’.

El alcalde de la localidad, José Joaquín Segarra, dirigió unas palabras a los presentes y, posteriormente, fue el historiador Ferran Zurriaga quien hizo una breve introducción para dar a conocer aquello que puede encontrarse a la exposición.

El alcalde de Benaguasil se refirió a la necesidad de conocer esta parte de la historia, “para asegurarnos el no volver a cometer este tipo de injusticias” y explicó que la expulsión de los moriscos de nuestra comarca, aunque lejana, tiene similitudes con otros ataques a miembros de otros colectivos, “como es el caso de las penurias que está sufriendo el pueblo saharahui, o como las que sufrió el pueblo curdo no hace mucho”.

Por su parte, Zurriaga tomó la palabra por dar a conocer aspectos genéricos y también concretos de la exposición; así, explicó que “cuando se cumplieron 300 años de la expulsión de los moriscos no se organizaron actos para analizar esa actuación, después de haber transcurrido cuatro siglos creímos necesario hacerlo”, explicó Zurriaga.

“En aquellos años hubo una parte de los habitantes de las poblaciones que forman parte hoy del Camp de Túria a los que se les obligó a escoger entre su fidelidad a su tierra o su fidelidad a su religión. Muchos tuvieron que abandonar sus casas y dirigirse a Orán”, concluyó Ferran Zurriaga. “Creemos justo hacer un recorrido por la realidad cotidiana de los moriscos, así como el cambio que supuso para ellos su expulsión”, añadió Zurriaga.

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