¿Merece la pena pedir un crédito?

Pedir crédito

La pandemia por la COVID-19, el conflicto entre Ucrania y Rusia, los consecuentes efectos negativos de la inflación y la propia situación económica precaria que atraviesa España conforman los motivos principales por los que, de cada vez más, los ciudadanos se deciden a pedir un crédito como una forma rápida y sencilla de sufragar ciertos gastos. Según las necesidades a cubrir para las que se destina el crédito obtenido, éste puede clasificarse en varios tipos. Algunos de los gastos más habituales incluyen la hipoteca, el alquiler, la financiación de los estudios superiores, el material escolar para la vuelta al cole, etc. Sin embargo, no siempre se solicitan créditos urgentes para cubrir estas cuantías importantes. A menudo, sirven para solucionar gastos imprevistos, como la compra de unas gafas graduadas (algo que la Seguridad Social no cubre). En este artículo, se recoge toda la información necesaria que el lector debe saber sobre los créditos.

¿Qué es exactamente un crédito?

Pedir un crédito es pedir un dinero anticipado. El contrato de crédito es una operación financiera en la que una persona (el acreedor), presta una suma determinada de dinero a otra persona, la que lo solicita (el deudor). Este último se compromete a devolver la cantidad solicitada en el plazo de tiempo que se haya acordado entre ambas partes. Adicionalmente a la suma que debe devolver el deudor, se le puede sumar ciertos intereses, los cuales son más o menos elevados en función del acreedor.

¿Quién puede ser acreedor?

El acreedor puede ser una persona física o una persona jurídica. Habitualmente, quienes pueden ser acreedores son:

  • Prestamistas individuales: Aunque hay una serie de requisitos que deben cumplir, una persona particular puede actuar como prestamista. No suele ser la opción más estandarizada.
  • Entidades financieras: Las más habituales son los bancos. Es la opción más frecuente. Exigen menos requisitos que los prestamistas individuales, aunque su tasa de interés suele ser mayor.
  • Las cajas municipales de ahorro y crédito. También las Cajas Rurales. Los créditos que suelen proporcionar se destinan generalmente a la vivienda y al emprendimiento.

¿Quién puede ser deudor?

Cualquier persona que necesite dinero y cumpla con los requisitos que solicite el acreedor. Según el acreedor estos requisitos pueden ser todos o algunos de los que se recogen a continuación:

  1. Ser mayor de edad.
  2. Contar con DNI, pasaporte, carnet de conducir… Algún documento de identidad en vigor.
  3. Indicar la cantidad específica de la que se precisa.
  4. Demostrar que se es solvente, por ejemplo, mediante el contrato de trabajo o la nómina.
  5. Garantizar la devolución del dinero prestado. El acreedor puede solicitar en algún caso un aval.
  6. En el caso de que el solicitante del crédito sea autónomo, se le requerirá un certificado de su alta como autónomo, su cuota de la Seguridad Social o la última declaración del IVA. Si el solicitante es trabajador por cuenta ajena, será necesario aportar las dos o tres últimas nóminas. En caso de no disponer de trabajo, pero percibir ingresos con cierta frecuencia, debe demostrarse también.
  7. Fotocopia de la declaración del IRPF (Hacienda).
  8. No figurar en ninguna lista de morosos, como ASNEF o RAI.
  9. No tener deudas pendientes de pago en el momento en que se solicita el crédito.
  10. Adjuntar la escritura de la casa, el contrato del alquiler, la declaración del patrimonio…
  11. Plan de pensiones.

Tipos de créditos

Hay varios tipos de créditos, pero sólo tres son los principales.

Créditos de consumo

Son los más habituales. Se basa en una suma de dinero que la entidad financiera proporciona a quien solicita el crédito para que el deudor pueda así hacer frente a la adquisiciñon de ciertos bienes o servicios. Suele establecerse un plazo corto o mediano para su devolución (1-4 años).

Créditos comerciales

La suma de dinero se proporciona en este caso a empresas, independientemente de su tamaño. La finalidad ha de ser invertir dicho dinero en bienes o servicios que se dirijan a mejorar la funcionalidad de la empresa, financiar instituciones…

Créditos hipotecarios

Es el crédito que otorga el banco para que el deudor pueda adquirir una propiedad ya construida, un terreno… O bien, financiar la construcción de una vivienda, un negocio, una oficina… Suele pactarse en mediano o largo plazo: entre 8 y 40 años. Normalmente, de media se estima que el plazo suele situarse en los 20 años.

Diferencia entre un crédito y un préstamo

Ambos son productos financieros. Sin embargo, los objetivos difieren y algunas características, también. Los créditos cuentan con una ventaja sobre los préstamos. Mientras que el préstamo ofrece la suma de dinero entera, desde el principio y para que sea utilizada en su totalidad, los créditos otorgan el dinero, pero sin la necesidad de que el deudor tenga que utilizarlo por completo. En su lugar, puede recurrir a utilizar sólo una parte del total. Aunque sus intereses suelen ser más altos a los del préstamo, sólo se pagan intereses proporcionalmente a la cantidad gastada. Conforme se gasta el dinero, se puede solicitar más, siempre y cuando no se sobrepase el importe máximo.

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