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La cinta blanca

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Año: 2009     
Duración: 145 min
País: Austria
Director: Michael Haneke
Guión: Michael Haneke
Actores/actrices: Susanne Lothar, Ulrich Tukur, Burghart Klaußner, Josef Bierbichler, Marisa Growaldt.

 

Conmovedora cinta que nos presenta, en los momentos anteriores al estallido de la I Guerra Mundial en un pequeño pueblo de Alemania, la relación entre sus habitantes después de una serie inexplicable de hechos violentos que se están produciendo. Si hay una cosa que pueda definir esta última obra del alemán Michael Haneke (y son muchos los enfoques a qué se puede someter) es que desde la primera imagen hasta la última te cautiva, te hace prisionero y ya no te puedes librar.

Son diversos los elementos presentes en el film que ayudan; un blanco y negro rotundo, poderoso, que nos aproxima mejor a la época en qué se sitúa la trama y la hace más verosímil; una fotografía cuidada; una puesta en escena de rigor; en definitiva, unos elementos estéticos y narrativos al servicio de una historia que acompañará al espectador después de abandonar la sala.

Factores que de forma magistral Haneke sitúa al servicio de un discurso que disecciona la violencia; los odios personales, los familiares, los sociales; los silencios, a veces más explícitos que las palabras; la moral religiosa intransigente, que todo lo acapara; una lección, en definitiva, excelente sobre el fascismo doméstico, aquel que no necesita de uniformes, ni banderas, ni proclamas grandilocuentes siendo tan nocivo o más que el otro.

Si estos niños, que en el film no hacen sino reproducir la violencia que reciben en el núcleo familiar, serán los que unos años más tarde formarán parte del movimiento nazi, esto aliñará otro debate, pero que, en cualquier caso, demuestra la riqueza de matices y propuestas de la cinta.

Pocas veces tendremos ocasión de ver una obra cinematográfica tan cuidadosamente trabajada, donde todos los elementos están en el lugar que toca, dónde ni sobra ni falta nada y que, con un ritmo pausado, pero implacable, va adelantando y va apoderándose de nuestras defensas, si es que nos ha dado tiempo a activarlas.

Película que tanto por la valoración que hace de la intransigencia familiar, social, religiosa como por otros referentes más estéticos (hablaba antes del uso del blanco y negro y la fotografía) nos remite a dos de los autores de culto más importantes del cine europeo del s. XX: Ingmar Bergman y C. T. Dreyer.

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